miércoles, 2 de julio de 2008

No hay duda: Scorsese es Dios.

LA ÚLTIMA TENTACIÓN DE CRISTO

Título original: The last temptation of Christ
Año: 1988
País: EE.UU.
Duración: 150 min.
Fecha de estreno en España: no se estrenó en nuestro país
Director: Martin Scorsese
Guión: Paul Shrader, según la novela homónima de Nikos Kazantzakis
Música: Peter Gabriel
Reparto: Willem Dafoe, Harvey Keitel, Barbara Hershey, Roberts Blossom, Barry Miller, Irvin Kershner, Harry Dean Stanton, David Bowie et al.
Productora: Universal Pictures



Jesús de Nazareth es un joven carpintero de Jerusalén que comienza a escuchar voces en su cabeza. Sin saber si se trata de Dios o de Satanás, decide ir al desierto para reflexionar sobre su situación y allí descubre su verdadera misión en la vida: es el hijo de Dios y debe salvar al mundo.

Os voy a decir la verdad. Esta es una de las películas más religiosas que he visto en mi vida. Como lo digo. Por qué, entonces, la Iglesia la criticó tanto. No lo entiendo. La última tentación de Cristo es, a pesar de su polémico final, la obra de un cineasta religioso, que conoce el tema a la perfección y que siente profundamente lo que hace. Scorsese, antes de ser director, tuvo sus flirteos con la Santa Iglesia y pasó una temporada en un seminario. Pero sus pecadoras aficiones (mujeres, cine y rock&roll) la alejaron del camino de las vicarías, aunque su fe sigue intacta. Por esto La última tentación... es como es, una película con una religiosidad a raudales que muestra, eso sí, una visión un tanto distinta de Jesús de Nazareth, pero cuyo mensaje cristiano sigue intacto. No sigue la estela de El Código Da Vinci ni tampoco de La Pasión de Cristo, visiones ambas de cineastas o totalmente ateos o sumamente ultrarreligiosos. En La última tentación de Cristo se aprecia el amor, el cuidado y el conocimiento del tema del que habla. Sólo una persona con la visión crítica y realista de la palabra de Dios podría hacer este filme.

Hablando ya de los aspectos técnicos del filme simplemente decir que son tremendos. Cómo no, viniendo de Scorsese. Los movimientos de cámara e iluminación son brutales, el uso de la música es genial, la fotografía es bellísima y las interpretaciones son geniales, sin hablar del montaje, por supuesto demoledor. Además Scorsese sabe plasmar con imágenes las metáforas propias de la mitología (el demonio la serpiente, el corazón el león, etc.) Con todo esto tenemos una película brillante, con una puesta en escena muy buena y técnicamente impecable. Sin duda uno de los mejores trabajos del director neoyorquino.

Así que tenemos una de las mejores películas de Scorsese con un tema que sembró polémica en su tiempo pero que no es más que una visión distinta de la historia de Jesucristo sin variar su mensaje ni proponer teorías conspiranoicas, tan de moda hoy en día. Una película de obligada visión para cualquier amante del cine.