domingo, 21 de agosto de 2011

Homenaje a la tradición

PONYO EN EL ACANTILADO


Título original: Gake no ue no Ponyo
Año: 2008
País: Japón
Duración:100 min.
Fecha de estreno en España: 24 de abril de 2009
Director:
Hayao Miyazaki
Guión:
Hayao Miyazaki
Música:
Joe Hisaishi
Montaje:
Hayao Miyazaki y Takeshi Seyama
Fotografía:
Atsushi Okui
Productor:
Toshio Suzuki
Compañía:
Studio Ghibli
Intérpretes:
(Voces V.O.) Yuria Nara, Hiroki Doi, Jôji Tokoro, Tomoko Yamaguchi, Yuki Amami et al.

Sasuke es un niño de unos 4 años que vive en lo alto de un acantilado de un pequeño pueblo costero. Una mañana se encuentra un pequeño pez rojo dentro de un bote, al que libera se lo lleva a casa, haciéndose amigos al instante. Lo que Sasuke o sabe es que Ponyo, que así se llama el pez, realmente es una sirena con poderes mágicos y tras lamer una herida de Sasuke, adquiere la cualidad de transformarse en humana. Ahora Ponyo quiere convertirse en una niña de verdad y vivir junto a Ponyo, pero eso llevaría el mundo a la destrucción. La única solución es desprenderse de su magia y convertirse en humana, algo que a su padre, Fujimata, no le gusta nada y deberá evitarlo a toda costa.


Nos habíamos quedado en "El castillo ambulante", la última película de Miyazaki tras su mayor éxito cinematográfico. Sin embargo, la película decepciona por su falta de ritmo y la importante incursión de animación por ordenador, alejándose de su amor por la animación tradicional. Un año antes, en 2007, su hijo, Goro Miyazaki, con el que se rumoreaba tenían una pésima relación, estrenó la decepcionante "Cuentos de Terramar". Todas estas cosas hicieron que Hayao Miyazaki se dedicara de lleno en su nueva película, un filme muy personal, que supondría todo lo contrario de lo que fue "El castillo ambulante" y que dedicaría a su hijo, quizá como reconciliación. Así nació la fascinante "Ponyo en el acantilado".

Como he comentado, uno de los aspectos más negativos de "El castillo ambulante" fue el uso de animación 3D para el movimiento de los personajes y el uso de algunos paisajes. Quizá por esto, Miyazaki dio la orden expresa de que el estilo visual de la película fuera exactamente igual a sus bocetos pintados con acuarelas. Así, uno de los sellos distintivos de "Ponyo en el acantilado" es su primitiva animación, en la que algunos aspectos, como el agua salpicando o las olas, parecen simples bocetos, cuando en sus anteriores trabajos le hemos visto animarla con soltura. Asimismo, los colores azules y rosas son los predominantes durante toda la película, con algunas variaciones como el amarillo en muy pequeñas dosis. Esto dota a la película de un estilo visual sumamente extraño, cautivador, similar a los dibujos que hacen los niños o a los cuentos infantiles. Recuerda en algunos aspectos, por poner alguna referencia cinematográfica, a la película "Mis vecinos los Yamada" de su amigo Isao Takahata.

Esta fiebre tradicionalista en la animación no es la única llamada de atención a los espectadores que creían que se había perdido la esencia de Miyazaki. También el director deja muestras de su imperecedero sentido del ritmo narrativo, llenado una vez más al película de momentos de acción y de dramatismo elegantemente unidas. Pero aunque las escenas de acción, absolutamente impactantes (como la de Ponyo corriendo sobre el mar, una de mis escenas favoritas de toda su filmografía), el tono místico de la ambientación dota a las escenas dramáticas de un lirismo mágico absolutamente maravilloso. Y es que todo el argumento que se desarrolla en el mar, es decir, la vida de Fujimoto, un humano casado con una diosa del mar, lo que le ha hecho perder su condición de humano y odiar a los de su género, es maravillosa. Las imágenes que ilustran toda esta parte de la película son fabulosas, gracias en parte a la asombrosa banda sonora de Joe Hisaishi, para mí, el mejor trabajo de todos los que ha hecho con Miyazaki hasta la fecha. Vuelve a cumplirse la norma de que aquellas películas más infantiles del director tienen una banda sonora extraordinaria. En esta ocasión, temas como el de la introducción o "Mother of the sea", el impresioante tema de los títulos de crédito iniciales, así como el de las señales de luz o el de la ya mencionada escena de Ponyo corriendo sobre las olas, hacen de la banda sonora de "Ponyo en el acantilado" un gozada para el oído.

Pero hay algo de esta película que la hace muy especial para mí: el trato explícito a la geología. Miyazaki ya emplea este aspecto en muchas otras películas, dotando a sus monstruos de un claro aspecto paleontológico. De hecho, en el museo Ghibli hay una pequeña representación de un trilobites. Y es que Miyazaki ve en esta ciencia la esencia de la naturaleza pura y dura, la historia de un mundo reinado por los animales y las plantas, sin la aparición del ser humano destructor. Y posiblemente por esta catarsis del director, que le ha hecho llevar al extremo su estilo, es por el que en "Ponyo en el acantilado" hay alusiones explícitas a esta ciencia. Por ejemplo, en la guarida de Fujimoto aparece escrita la palabra Pangea, el supercontinente que reinó el planeta hará unos 300 millones de años, y posteriormente afirma: "Cuando este pozo esté lleno volveremos a la edad Cámbrica". Desgraciadamente, sólo algunos elegidos podemos entender el significado de esa frase, de esta y de la que pronuncia la madre de Ponyo, comparando la tranquilidad del océano con "el mar del Devónico". La catarsis llega al final, que no desvelaré, pero en el que dos niños de 5 años se saben nombres de animales prehistóricos que un estudiante de geología de veintitantos ni siquiera conoce, lo que deja en ridículo a más de uno.

Así que, resumiendo, se puede decir que Miyazaki vuelve a ser el mismo con "Ponyo en el acantilado", una declaración de intenciones para hacer ver a sus fans que no ha cambiado ni un ápice su forma de hacer cine. Forma una película fabulosa, muy interesante en el especto visual y mucho más compleja de lo que parece en el argumento. Un filme elegante a la par que divertido y emocionante, lleno de ritmo en las escenas de acción y una irresistible magia en las escenas más dramáticas. Una película que encantará a los más pequeños y que los adultos verán con la boca abierta. Impagable canción del final, un poco destrozada en la versión española, pero igual de pegadiza. Una auténtica gozada.

sábado, 20 de agosto de 2011

Me quedo con el Cinexin

SUPER 8


Título original: Super 8
Año: 2011
País: EE.UU.
Duración: 110 min.
Fecha de estreno en España: 19 de agosto de 2011
Director: J. J. Abraham
Guión: J. J. Abraham
Música: Michael Giaccino
Montaje: Maryann Brandon y Mary Jo Markey
Fotografía: Larry Fong
Productores: J. J. Abrahams, Bryan Burk y Steven Spielberg
Compañía: Paramount Pictures/Amblin Entertainment
Intérpretes: Joel Courtney, Elle Fanning, Riley Griffiths, Rian Lee, Gabriel Basso, Zach Mills, Kile Chandler et al.

Joe es un chaval que acaba de perder a su madre y al que le encantan las miniaturas. Trabaja de maquillador, maquetista y editor de sonido en la película de su mejor amigo Charles, una producción casera de zombies que rueda en su cámara super 8. Una noche, mientras ruedan una escena en la estación, presencian un brutal accidente entre un coche y un tren del que salen ilesos. Sin embargo, a partir de esa noche, comienzan a ocurrir cosas extrañas en el pueblo donde viven: el ejército acordona la zona, desaparecen electrodomésticos y algún ente misterioso está haciendo que varios ciudadanos desaparezcan...

Definitivamente, vuelven los 80. Tengo un amigo que no paraba de repetírmelo en clase, pero ya me estaba dando cuenta de ello: vuelven grupos anteriormente disueltos, proliferan las producciones cinematográficas sobre míticos cómics de la década... Quizá sea porque muchos que por aquel entonces se criaron con Regreso al futuro, Star Wars o Indiana Jones ahora rondan los 40 o 50. Y entre estos muchachos está J. J. Abrahams, creador de la mítica serie "Perdidos" y director de la fabulosa "Star Treck: el futuro comienza", el cual, quizá movido por la nostalgia, decidió realizar una película a la antigua usanza, como las que veía cuando era un niño: un filme de acción protagonizado por niños y con una temática extraterrestre. Así nació este homenaje al cine ochentero llamado "Super 8".

Y es esto lo realmente bueno de la película, pues da la sensación de volver atrás en el tiempo y estar viendo algo parecido a "Los Goonies" pero en el cine. Hemos visto muchas películas protagonizadas por niños en los últimos años, pero todas eran de fantasía o simples películas de carácter infantil. Esas pelis de aventuras, casi de terror, en el que los protas no llegaban a los 16 años ya no se recuerdan y eso es lo que nos brinda Abrahams en su nuevo trabajo. Pero no es la nostalgia lo único que inunda la película, pues el director conoce perfectamente el lenguaje cinematográfico de la época y logra conmover y atrapar al espectador sin a penas esfuerzo, posiblemente por la cantidad de veces que haya visto esas películas clásicas que antes mencionaba. De hecho, la escena del autobús del final recuerda sospechosamente a aquella otra del tiranosaurio de "Parque Jurásico", en la que juega con los nietos de Hammond en el coche.

Sin embargo, hay algo que merece un reproche de la película, su principal fallo: está cogida con alfileres. Algunas situaciones de la película son completamente inverosímiles o simplemente muy poco probables de ocurrir en la realidad. Por ejemplo SPOILER: es muy casual que en un accidente de tal magnitud como el del tren (dejemos de lado que un simple coche provoque tal descarrilamiento), en el que los vagones de varias toneladas queden arrugados como plastilina, que una furgoneta acabe estrujada por la mitad, el coche de los protas quede absolutamente intacto pues, de lo contrario, no podrían huir y la película se acabaría antes.O tampoco lo del final, en el que una máquina electromagnética, hecha con meteriales terrestres y basado, supuestamente, en las leyes físicas de la Tierra, sea capaz de atraer magnéticamente lo que le de la gana, pues si atrae las armas de los militares ¿por qué hay algunos que siguen con ellas? Si algunos coches sufren el magnetismo de la nave ¿por qué otros no? Si el cubo metálico que tiene el prota se mueve solo, ¿por qué necesita un imán tan potente para atraer a los demás? Pues para que todo quede más bonito y más emocionante para el final, como la edulcorada escena del collar. FIN DEL SPOILER. Así que Abrahams se saca algunas cosas de la manga, cosas fundamentales para el transcurso de la película, haciendo que los sucesos sean inverosímiles o treméndamente casuales.

No es sólo en el guión en el que Abrahams no está demasiado sembrado. Otros apartados, como la música, tampoco son maravillosos. Michael Giaccino, compositor en alza en Hollywood en los últimos años y que colaboró con Abrahams haciendo la música de "Lost", logra una partitura muy eficaz y muy sonora, pero que no es de esas que se te quedan en la retina, como sí ocurría con películas como "E.T." y compañía. ILM, como siempre, está sembrado, sin embargo, mover millones y millones de piezas metálicas lo llevan haciendo durante las 3 películas de Transformers y el bicho en cuestión se asemeja bastante a uno de los monstruos del circo de Geonosis del final de "El ataque d los clones", así que, a pesar de la calidad, no es nada nuevo. Lo único que aporta algo de frescura, a parte de retomar un tipo de cine perdido, es el quinteto infantil protagonista. Los chicos están realmente bien, sus caracteres están bien delimitados, perimitiendo que nos identifiquemos con ellos al instante. Son los que sustentan la película, concretamente el protagonista, Joel Courtney, que realiza un gran papel.

Así que, como conclusión, decir que "Super 8" es una buena película, especialmente para los amantes del cine de ciencia ficción y de acción infantil de la década de los 80. Es como ver una versión renovada de "Los Goonies". Pero parece ser que el director quería sacar adelante la película a toda costa, sin importarle el modo, y se ha sacado de la manga algunas cosas poco verosímiles. Si a eso le sumamos una música decente y nos efectos visuales sobresalientes pero que no impresionan, tenemos una película bastante buena que demuestra que éxitos como "E.T.", "Regreso al futuro" y demás no son fruto únicamente del talento, sino que la genialidad de Spielberg, Zemeckis o Lucas estaba detrás de ellos. Se podrá recuperar el tipo de cine, se podrá recuperar la magia y la narración, pero sólo el genio puede crear películas inolvidables y esta "Super 8" no lo es.

PD: Atentos a los detalles frikis del cuarto del protagonista, como una maqueta del TIE Fighter de Darth Vader o una lámina de la portada del primer número de los cómics de Batman. Y atentos también al impagable cortometraje completo durante los créditos. Lo mejor de toda la película.