viernes, 18 de marzo de 2011

Cuando los cerdos vuelan

PORCO ROSSO

Título original: Kurenai no buta
Año: 1992
País: Japón
Duración: 87 min.
Fecha de estreno en España: 1 de septiembre de 1994
Director: Hayao Miyazaki
Guión: Hayao Miyazaki
Música: Joe Hisaishi
Montaje: Hayao Miyazaki
Fotografía: Atsushi Okui
Productor: Toshio Suzuki y Rick Dempsey
Compañía: Studio Ghibli/ Tokuma Shoten
Intérpretes: (Voces V.O.) Shuichiro Moriyama, Tokiko Kato, Sanshi Katsura, Tsumnehiko Kamijo, Akemi Okamura et al.


Italia, periodo de entreguerras. En pleno auge del fascismo en Europa, los cielos del Mediterráneo están plagados de piratas del aire que roban y hacen de las suyas con sus aeronaves. Marco Pagot, un extraordinario piloto italiano conocido como Porco Rosso por el color de su avioneta y su cara de cerdo, se dedica a surcar los cielos, poniendo en jaque a los piratas del aire. Estos, hartos de las pérdidas que tienen debido a las acciones de Porco, deciden contratar los servicios de Donald Curtis, un famoso piloto acrobático americano y estrella del cine, para derrotar de una vez por todas a la amenaza porcina.



Miyazaki es un director de cine fantástico, fundamentalmente. Antes de esta todos sus films con Studio Ghibli estaban enmarcados en este género. Pero tres años después de su divertida "Nicky la aprendiz de bruja" el director nipón nos sorprende con una historia tremendamente realista, la más realista de toda su filmografía y, sorprendentemente, una de las películas más hermosas y elegantes que el señor Miyazaki jamás ha dirigido: "Porco Rosso".

El proyecto nació como un cortometraje de 30 minutos para instruir al ejército japonés sobre métodos de aviación. Sin embargo, al estallar la guerra de Yugoslavia, se tornó en un filme más largo y con un tono más serio, pasando a ser la película que todos conocemos hoy. Esto hace que "Porco Rosso" sea la única película en la que Miyazaki toma partido de forma directa en una ideología política. En todas sus películas ya habló de la libertad y de la paz, ideales progresistas y liberales, pero a través del filtro que produce el cine fantástico. Pero con "Porco Rosso", al situarla en un lugar y en una época reales, algo que nunca más ha hecho el director en ninguna de sus demás películas, impone un tono más realista a la cinta y se desprende de ese velo fantástico para tomar parte más directa en los acontecimientos.

Ese tono realista no se centra sólo en reducir la fantasía a su mínima expresión (lo único que se puede intuir como fantástico, aunque discutidamente, es el rostro de Porco Rosso), sino que también lo nota en el tono, el género y en la narración. Y es que "Porco Rosso" se puede considerar como la más occidental de sus películas, por no decir la más americana, pues su forma de narrar o sus distintos temas son típicos del mejor cine negro hollywoodiense: el héroe solitario y desencantado con el mundo, la chica a la que ama en secreto pero a la que se niega a declarase, el triángulo amoroso entre Porco, Gina y Donald, recuerdan a los grandes clásicos de los años 40 como "Casablanca". La melancolía inunda toda esta parte, gracias al ritmo pausado y tremendamente elegante de Miyazaki y la descomual música (para mí, el mejor trabajo de Hisaishi); así como los diálogos, en uno de los mejores trabajos de Miyazaki como guionista, son absolutamente brillantes, dotando a la película de ese aroma romántico que tanto se hecha de menos del cine clásico estadounidense.

Pero "Porco Rosso" no es sólo una película dramática. Como casi una obligación por parte del director, este inunda las escenas de imágenes aéreas absolutamente magistrales. Las batallas y persecuciones con las aeronaves están dotadas de una fuerza, agilidad y elegancia que son absolutamente pasmosas. Con esto, Miyazaki incluye un poco de acción y aventura en el drama de Porco Rosso, que no es más que un piloto italiano convertido en cerdo por el desencanto que le causó el ejército, al que perteneció durante un tiempo. Aunque en la película (en al versión española al menos) nos cuentan otra cosa, lo cierto es que en la cultura japonesa, el cerdo es símbolo de desencanto, y la gente se convierte en este animal cuando la vida no le importa casi nada (ejemplo: los padres de Chihiro). Por eso que, el único término fantástico de la cinta puede interpretarse más bien como un símbolo, como un estado de ánimo del personaje y, posiblemente, del director japonés en ese momento.

Y hay que matizar lo de en ese momento porque todas las películas de Miyazaki están llenas de esperanza, pero esa esperanza está representada en la juventud y la infancia. Es lógico que en una película tan melancólica como esta, los protagonistas sean adultos y que el único personaje juvenil (y femenino, claro está) es la nieta del mecánico de Porco. Las dos únicas escenas en las que Porco pierde su apariencia porcina están relacionadas con al muchacha (cuando se despierta y ve a Porco sentado, o al final cuando le da un beso), indicando que en un mundo decadente, la juventud es la única que hace ver a Porco la esperanza en un mundo mejor.

Esta elegancia y esta fuerza nacen de lo más interior de Miyazaki, pues esas escenas de aviación hacen salir su amor por la aeronáutica. En sus anteriores películas también trató este tema, pero es en "Porco Rosso" cuando el director japonés muestra todo su amor y todo su conocimiento en el tema. De hecho, hay una escena en la que el mecánico le muestra un motor nuevo a Porco, un motor del tipo Ghibli, nombre de su estudio.

En conclusión, decir que todo esto, aventuras, acción, drama, política, humor, triángulos amorosos, amores prohibidos, amores reprimidos (Gina ama a Porco pero sus tres maridos pilotos murieron), elegancia, desencanto ante la humanidad, esperanza en las nuevas generaciones... Todo eso tiene cabida en apenas hora y media de película, mejor dicho, de una gozada de película, de obra maestra con todas sus letras, en la que mezcla cine negro de una melancolía desesperante con un cine de acción y aventuras completamente enérgico, enlazados de forma magistral. Miyazaki demostró con "Porco Rosso" que el anime no sólo era cine para niños, sino que, a parte de Nicky, Totoro o "El castillo en el cielo", podía hacer un cine más adulto y más comprometido, universalizando el género. De hecho, fue esta la que inició una breve etapa de madurez del director, la primera de un tríptico dedicado a un público mucho más adulto, donde sacó a relucir todo su talento y toda su narrativa. "Porco Rosso" es una de las pelis más atípicas de Miyazaki, y una de mis favoritas, pero lo mejor está por llegar.

Escena favorita: La verdad no sé con cual quedarme. La de arriba del todo es la que más me gusta, pero en esta de aquí me encanta la forma que tiene Miyazaki de enlazar la escena de la discusión de los piratas con el vuelo, aterrizaje y llegada al bar de Porco, empleando el precioso tema "Les temps des cerices".
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PD: La próxima película de Miyazaki será una secuela de esta cinta, titulada "Porco Rosso: the last sortie", y se desarrollará durante la Guerra Civil española. Hace años visité la hermosa ciudad asturiana de Cudillero y me pareció típica de las películas de este director. ¿Habrá pensado lo mismo Miyazaki para inspirarse?

1 comentario:

cronopio dijo...

a mí me gusta más la escena de la canción... aunque creo que me gusta más -hablo de memoria- otra escena en que simplemente vuela al atardecer

gran película, sí señor. me quedo con "un cerdo que no vuela es solamente un cerdo"