domingo, 8 de febrero de 2009

La barrera invisible de Mendes

REVOLUTIONARY ROAD

Título original: Revolutionary Road
Año: 2008
País: EE.UU.
Duración: 120 min.
Fecha de estreno en España: 23 de enero de 2009
Director: Sam Mendes
Guión: Justin Haythe, según la novela homónima de Richard Yates
Montaje: Tariq Anwar
Fotografía: Roger Deakins
Música: Thomas Newman
Productor: Sam Mendes, Bobby Cohen, John Hurt y Scott Rudin
Compañía: Dreamworks Pictures
Intérpretes:
Leonardo DiCaprio, Kate Winslet, Kathy Bates, Michael Shannon, Kathryn Hahn, David Harbour, Dylan Baker, Richard Easton, Zoe Kazan, Jay O. Sanders, Max Casella et al.

Frank y April son dos jóvenes que se conocen en una fiesta. Ambos se sienten atraídos, no sólo por su belleza, sino por su mentalidad idealista: ambos quieren conseguir mucho más en la vida, algo distinto alejado de las normas sociales. Años después se casan pero las cosas no son tanto como las habían pensado: Frank tiene un trabajo que detesta y April no ha visto cumplido su sueño de ser actriz, tienen dos hijos perfectos y viven en una casa perfecta en Revolutionary Road, un barrio perfecto. El matrimonio lleva una vida normal, reprimiendo sus sueños y deseos, hasta que por fin deciden dejarlo todo e ir a vivir a París, su sueño de juventud. Pero ese viaje no hará sino empeorar las cosas.

Mi hermano y compañero inseparable de noches cinéfilas mantenemos una conversación interesante: si coges una cámara y ruedas una obra de teatro, ¿es cine o sigue siendo teatro? Las opiniones de ambos son variopintas y cuando creía que el tema estaba olvidado aparece "Revolutionary Road", que no es otra cosa que una obra de teatro grabada con una cámara. Y no sólo es teatro en eso, sino que el director San Mendes, afamado director teatral británico y conspicuo cineasta, no se esmera en esta película en mostrar su fuerza e intensidad. Está como escondido, sentado en el patio de butacas dando órdenes a los actores, como en una barrera invisible en la que con la cámara plasma solamente el trabajo de sus dos protagonistas, sin implicarse más, sin mostrar su fuerza narrativa ni su talento como cineasta.

Es por lo tanto "Revolutionary Road" un trabajo de actores. Sus dos protagonistas, Dicaprio y Winslett, se comen cada fotograma y son los que ponen la intensidad y el dramatismo en la escena. Toda la película es suya. Bueno, no sólo suya, sino también de Michael Shanon, actor revelación del filme y sorpresa en los Oscar con una merecida nominación. Su papel de lunático que, paradójicamente, tiene las suficientes luces como para decir las cosas a la cara es grandísimo. Sus dos intervenciones son cumbres en la película y llama la atención cómo, en determinadas circunstancias, la pareja protagonista siente simpatía por él y luego deja de sentirla. Es un personaje que llama la atención por ser un loco, un lunático, pero decir verdades como puños, como si los que estuviésemos cuerdos tuviésemos una barrera que nos prohibe decir la verdad sólo por supervivencia. Gran trabajo, pero desgraciadamente, no tiene nada que hacer con Heath Ledger.

Sin embargo, la película no emociona. Al terminar te deja totalmente indiferente y eso no sólo es culpa de Sam Mendes, que al final sí deja su seña de identidad, sino de su guión. Está muy bien escrito y posee diálogos muy intensos, pero el argumento no es llamativo. Quizá en los años 50, que un matrimonio rechace el ideal establecido y decida romper con todo, dejar el trabajo e irse fuera sea algo completamente escandaloso, pero en pleno Siglo XXI es de lo más normal. Por eso, si se ve desde el punto de vista actual no llama la atención en ningún momento. Lo único que agolpa a la gente en las salas es la presencia de los dos actores.

En definitiva, "Revolutionary Road" es una película realmente buena, con una ambientación, fotografía, montaje y sobretodo música geniales, que van muy bien con el tono elegante de San Mendes. Pero el director británico no muestra su genialidad, como hizo en "American Beauty" y esa obra maestra llamada "Camino a la perdición". Toda la película es de los actores, los que atraen a los espectadores y los que mantienen el interés y la tensión a lo largo del metraje. Una película que, desde mi punto de vista, es una justa olvidada de los Oscar que quizá debería estar sustituyendo a "El lector". Pero eso no se sabrá hasta no ver las dos.

1 comentario:

cronopio dijo...

...pues a mí sí que me gustó el argumento y no me dejó indiferente ¬¬ nada más que añadir ¬¬