Jack es un joven pueblerino que vive con sus padres en la Norteamérica de 1917. Su vecina Mary está enamorada de él, pero Jack ama en realidad a Sylvia, una chica venida de la ciudad. Sin embargo, a Sylvia le gusta David, el chico rico del pueblo, apuesto y seductor. Cuando estalla la 1ª Guerra Mundial ambos chicos acuden a alistarse en el cuerpo de aviadores del ejército estadounidense. Al principio su relación será un tanto negativa, pues sus condiciones sociales y económicas crean distancias entre ellos. Pero las penurias de la guerra y su crudeza harán que surja entre ellos una profunda amistad.
El 19 de mayo de 1929 se llevó a cabo en Los Ángeles, California, un acontecimiento histórico. Sus artífices no lo sabían, pero estaban empezando a forjar uno de los eventos más importantes de la historia del cine. Esa fecha, en el Hollywood Roosevelt Hotel, según la Wikipedia, hotel de estilo español (es curioso que, aunque remotamente, los españoles formemos parte de ello), se celebró la 1ª edición de los Oscar, los premios más famosos del mundo del cine.
Esta primera ceremonia estaba llena de curiosidades. La primera de todas es que apenas duró 5 minutos, frente a las tres horas y media que duró la edición de 2009. Otra curiosidad es que, a pesar de haber otorgado un premio técnico a "El cantor de Jazz", por ser la primera película con sonido, el resto de premios fueron a películas mudas, siendo esta la única ceremonia de los Oscar en la que ocurrió. A partir de la siguiente ceremonia todas las películas han sido con sonido.
Pero lo más curioso de esta primera entrega de premios fue que hubo dos mejores películas, es decir, hubo dos categorías: mejor película y mejor calidad artística de producción. La primera se daba a aquellas películas que habían sido un éxito de taquilla o en las que se había empleado más dinero. Era algo así como el premio a la "mejor producción". Mientras que la segunda categoría hacía referencia a la calidad de la película en cuestión. Por eso, si tenemos una visión "actualista" de lo que significa para nosotros el Oscar a la mejor película, la de 1927/1928 tuvo que ser "Amanecer", de Murnau, una obra de arte absoluta que, a pesar de ser muda, no aburre en ningún momento. La película tiene una fotografía perfecta, tenebrista, que otorga a la película de una belleza abrumadora. Si hay un adjetivo para definirla este sería "bellísima". Sin embargo, los datos son los datos, y lo que figura en los archivos como el Oscar a la mejor película estrenada entre 1927 y 1928 es "Alas", una película que tiene más de lo que muestra.
"Alas", a simple vista, puede parecer una película insulsa, sin nada que ofrecer, incluso aburrida, por su excesiva duración (casi dos horas y cuarto). Y en cierto modo, para el espectador poco acostumbrado, puede parecer un tanto tediosa. Pero no es en la estética en lo que destaca esta película, sino en la técnica y la complejidad con la que ha sido rodada. Las escenas de combates aéreos entre aviones americanos y alemanes no son muy intensas que digamos, pero visto desde los ojos de un espectador de los años 20, debieron ser un prodigio de la técnica de por aquel entonces. Ni me imagino lo difícil que debió ser rodar aquello en esa época. Y lo mejor es que la película está llena de estas secuencias de acción, con lo que su complejidad aumenta, pero cansa y, en cierto modo, aburre. También hay que hablar de la técnica del director, pues nos regala algunas secuencias cuyos movimientos de cámara son muy sugerentes, como el super zoom que hay en la secuencia del restaurante de París, realmente impresionante.
Sobre los actores, pues no hay demasiado que comentar. Tienen la típica sobreactuación del cine mudo, tan curiosa, pero a la vez tan eficaz. Hay que mencionar que este filme hay un pequeño caméo del gran "Gary Cooper", que sale apenas un minuto, pero otorga a la película cierta clase...
Y poco más que contar. No hablo de música ni de montaje porque la una no existía por aquel entonces y la otra era demasiado rudimentaria como para hacerse notar. Comparando esta con "Amanecer", "Alas" no alcanza la calidad de la película dirigida por Murnau y si hacemos una retrospectiva de todas las ganadoras a lo largo de la historia, tampoco parece digna ganadora. Sin embargo, su espectacularidad y su complejidad (de aquella época) es más que justificada para explicar que le concedieran el primer Oscar a la mejor película. En definitiva, un filme que hoy en día puede servir, vulgarmente hablando, como papel higiénico, pero que en los años 20, en un arte que estaba floreciendo, se puede considerar palabras mayores. Una bastante digna ganadora.
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