viernes, 26 de febrero de 2010

2000: El regreso del cine de romanos

GLADIATOR (EL GLADIADOR)

Título original: Gladiator
Año: 2000
País: EE.UU.
Duración: 148 min.
Fecha de estreno en España: 17 de mayo del 2000
Director: Ridley Scott
Guión: David Franzoni, John Logan y William Nicholson
Música: Hans Zimmer y Lisa Gerrard
Montaje: Pietro Scalia
Fotografía: John Mathieson
Productores: Douglas Wick, David Franzoni y Branco Lustig
Compañía: Universal Pictures/Dreamworks
Intérpretes: Russell Crowe, Joaquin Phoenix, Connie Nielsen, Oliver Reed, Derek Jacobi, Djimon Hounsou, Richard Harris et al.

Ganadora de 5 Oscar: película, actor, vestuario, efectos visuales, sonido

Máximo es general del ejército romano durante el reinado del emperador Marco Aurelio. Este, ya decrépito, considera a Máximo el hijo que nunca tuvo, por lo que decide nombrarle su heredero. Este hecho no le agrada demasiado a Comodo, el hijo del emperador, que ve como se esfuman sus probabilidades de gobernar. Por ello, tras asesinar a su padre, ordena la muerte de Máximo y también la de su mujer y su hijo. Afortunadamente, Máximo se salva de la ejecución, pero no llega a tiempo para salvar a su familia. Malherido tras huir de los que iban a ser sus ejecutores, es recogido por un traficante de esclavos y vendido a Proteo, un viejo entrenador de gladiadores. Aprovechando que Cómodo ha vuelto a instaurar las luchas de gladiadores en Roma, Proteo lleva a sus gladiadores a combatir en el Coliseo, con lo que Máximo tiene una oportunidad para vengarse del emperador.

Se acerca la recta final del Reto, pues nos hayamos ahora en la primera década del siglo XXI. Diez años bastante decadentes para el cine mundial. Las salas se llenaron de remakes, secuelas, precuelas, reinicios, adaptaciones de cómics y demás patochadas con las que las productoras pretendían llenarse las arcas. Afortunadamente, los Oscar no reflejaron este hecho con las películas premiadas, habiendo tan sólo un remake entre las ganadoras. Otra de las características del cine de estos últimos años es la proliferación de películas épicas, a raíz, sobre todo, del estreno de "El señor de los anillos" entre 2001 y 2003. Pero este gusto por la épica ya se inició en el años 2000, con "Gladiator" una película que resultó ser un auténtico fenómeno al actualizar un género ya olvidado.

Normalmente se piensa que el Oscar a la mejor película y al mejor director tienen que coincidir. Pero resulta que en este caso es justo que no coincidan, pues aunque "Gladiator" es un peliculón, Scott realiza alguna que otra patochada que desentona completamente con el resto. El primer fallo que comete es iniciar la película con una batalla. Puede que la historia lo requiera, pero al comenzar así el resto de la película acusa una caída clamorosa de la intensidad. Así, después de una lucha entre germanos y romanos, bastante caótica por cierto, toda la parte inmediatamente posterior de la presentación de los personajes se vuelve bastante lenta.

Afortunadamente, la película vuelve a salir a flote, a partir de que Máximo es comprado como esclavo, pues vuelve la acción y se desarrolla todo el desenlace, donde se demuestra la maestría de Scott a la hora de dirigir. Desde este punto hacia el final, el filme mete la quinta marcha y va aumentando su intensidad hasta el glorioso final. Pero antes de todo esto, Scott se crece y se ama, cagándola rotundamente. En toda la parte que va desde la batalla hasta esta parte final, el director se recrea con las imágenes, fastidiándolo todo. Las imágenes oníricas, del caballo corriendo, las nubes pasando a toda velocidad y demás, que le llegan a Máximo cuando está en el carromato de los esclavos, parecen más de un anuncio de colonias que de una película seria. Y los continuos planos a cámara rápida y lenta son demenciales. Quizá Ridley Scott se creía el mejor del mundo y quería hacer una película ultramoderna, o quizá no pudo apartarse de sus orígenes en la publicidad. Sea como fuere, la cagó estrepitosamente.

Pero como he dicho, "Gladiator" es una grandísima película, y a ello contribuyen otros factores, como los efectos visuales, o la banda sonora, para quien esto escribe, el mejor trabajo de Hans Zimmer hasta la fecha. Aunque si hay algo por lo que esta película merece la pena es por su protagonista, un Russell Crowe que, sin que sea un papel demasiado difícil, trabaja de forma perfecta. Es un papel hecho a su medida, para que se luzca, y lo consiguió, ganando el Oscar y sacando a flote una película que, sin su presencia, habría sido muy distinta. El resto de actores está bastante bien, pero es Crowe, que pasó a ser una estrella de la noche a la mañana, el que supera a todos. Y eso que no era su mejor papel, pues tanto su anterior película, la estupenda "L.A. Confidential", como en la siguiente, la insulsa "Una mente maravillosa", realiza dos interpretaciones magistrales, mucho más complicadas que la del general hispano.

Con todo, sólo queda decir que "Gladiator" es un filme antológico, una gran película que, a pesar de flojear durante los primeros minutos, llega un punto en el que el ritmo e intensidad va in crescendo, llegando a un final impresionante. Ridley Scott, que la caga en los primeros instantes, luego se resarce en esta segunda parte, pero el que está genial durante toda la película es Russell Crowe, que levanta él sólo la película. La ambientación es bastante bochornosa (¿pizarra y tizas durante el imperio romano?), pero la música y los efectos visuales ayudan a hacer de "Gladiator" una película que recupera la magnificiencia de las películas clásicas de Hollywood. Tuvieron que pasar 41 años, desde el estreno de "Ben Hur" en 1959, para que otro filme de romanos ganara el Oscar. Eso sí, donde esté la de Wyler que se quite lo bailao.

2 comentarios:

Ignacio dijo...

Sólo tengo una cosa que decir a esta película:

"Te gustan las películas de Gladiadores?"

(Aterriza como puedas, peliculón)

Chuparrocas dijo...

"- Esta mujer está enferma, debe ir a un hospital

- ¿Un hospital? ¿Qué es doctor?

- Un sitio con muchos enfermos y a veces no hay camas"