sábado, 15 de marzo de 2008

Entre genios anda el juego

EL HOMBRE QUE PUDO REINAR

Título original: The man who would be king
Año: 1975
País: EE.UU.
Duración: 123 min.
Estreno en España: julio de 1976
Director: John Huston
Guión: John Huston y Gladis Hill, según un relato de Rudyard Kipling
Música: Maurice Jarré
Reparto: Sean Connery, Michael Caine, Christopher Plummer, Saeed Jaffrey, Doghmi Larbi, Shakira Caine, Karroom Ben Bouih, Jack May et al.
Productora:
Columbia Pictures

Al igual que en la vida real, el cine nos deleita de vez en cuando con algunas joyas, perdidas en la inmensidad del universo cinematográfico, prestas a ser encontradas por un aventurero. Cuando este la encuentra casi siempre recibe una gran satisfacción. Hoy voy a hablaros de una de estas joyas. Se llama El hombre que pudo reinar y realmente merece la pena.

La película relata la vida de dos curiosos personajes: Daniel Dravot y Peachy Carnehan interpretados magistralmente por Sean Connery y Michael Caine, dos aventureros y alocados masones, miembros del ejército inglés en la India, que son convencidos de no asaltar un tren gracias a la astucia de un famoso compatriota suyo, el escritor Rudyard Kipling (Christopher Plummer). A pesar de lo que se pueda imaginar, entre los tres surge una gran camaradería y cuando llegan a la India los dos amigos van a hacer una visita al escritor. Quieren contarle su última gran aventura: cruzar toda la India, atravesar la heladas montañas y llegar al reino de Kifiristán para convertirse en reyes. Kipling no cree que su viaje de sus frutos, pero les felicita y apoya en esa nueva aventura... Un año después un extraño hombre regresa al despacho del escritor. Un hombre de aspecto decrépito, ciego, demente y casi moribundo, con algo entre los brazos envuelto en un trapo. Resulta ser Peachy, el amigo de Dany, que partió más allá de las montañas para ser rey. ¿Qué le ha pasado? ¿Por qué está así? ¿Y qué ha sido de Dany? Kipling se sienta. Peachy va a contar la increíble historia del hombre que pudo reinar.

La verdad es que ya desde el principio con esa elipsis y el argumento principal, a la mente del espectador vienen las antiguas películas de aventuras en parajes desconocidos y exóticos, típicos del cine clásico. Pero esta película va mas allá. Se puede considerar la última gran película de aventuras del cine clásico, y no es como aquellas pelis aburridas que ponen siempre en los canales perdidos de la TDT. Hay tres aspectos que hacen de El hombre... una película inolvidable.

Por un lado está el trío protagonista. Sean Connery y Michael Caine, dos de los más grandes actores que ha dado el cine, se entienden a la perfección. Pasan de la comedia a un tono más dramático con la fluidez de un río, dotando a los personajes de una simpatía que cala en el espectador y hacen que la película sea más entretenida. Actúan igual de bien en las escenas cómicas (como aquellas en las que conquistan los distintos pueblos) como en las dramáticas, abundantes al final del filme. El papel de Plummer es también bueno, pero sólo aparece al inicio y al final del filme, con lo que tampoco da mucho juego.

Otro aspecto es la genial dirección de un genial director: John Huston. Imparte al filme el ritmo adecuado para cada escena, más pausado en las escenas dramáticas y más acelerada en las cómicas y de acción. Aun así, el filme no pierde en ningún momento ese tono glorioso y grandioso que poseen todas las películas clásicas de aventura en parajes desérticos y exóticos. La narración nos atrapa desde el primer momento hasta el impactante y triste final, del cual no contaré nada porque me podéis partir las piernas.

Y por último, uno de los aspectos más destacados es, sin duda alguna, la grandísima banda sonora de otro maestro de la música. Maurice Jarre, autor de las partituras de Doctor Zhivago, Lawrence de Arabia, Pasaje a la India, El tambor de hojalata y Ghost, entre otras obras maestras, crea en esta ocasión una música melancólica a la par que épica, que concuerda igual de bien en las escenas de comedia que en las cómicas y que resuena con todas sus fuerzas al final del filme. Otro de esos temas que todo coleccionista de bandas sonoras debe tener en su colección.

Hay más aspectos, como la ambientación, el montaje, el vestuario o el genial guión, con diálogos magníficos y curiosas frases, como aquella que suelta Dany a unos nativos cuando llegan a un pequeño pueblo y les confunden con dioses: "no somos dioses, somos ingleses, que es casi lo mismo". Se nota claramente que el guión está basado en un relato.

En fin, una película magnífica que rezuma cine clásico de aventuras del bueno por sus cuatro costados. La verdad es que ver a los genios Sean Connery, Michael Caine y Christopher Plummer al servicio de otro genio como John Huston, y acompañados de la música de Maurice Jarre, no tiene precio. No es algo que se pueda pasar por alto ni que ocurra todos los días. Yo la vi una tarde cualquiera y siempre recuerdo aquel día como si fuera ayer. Una película que merece la pena observarla y reverenciarla.


.: Gracias por su atención. Me floreció el corazón :.

1 comentario:

cronopio dijo...

¡Qué gran película! :')