lunes, 16 de noviembre de 2009

1940: Soñando con Manderley

REBECA

Título original: Rebecca
Año: 1940
País: EE.UU.
Duración: 128 min.
Fecha de estreno en España: 10 de diciembre de 1942
Director: Alfred Hitchcock
Guión: Robert E. Sherwood y Joan Harrison, según la novela homónima de Daphne Du Maurier
Música: Franz Waxman
Fotografía: George Barnes
Productor/es: David O. Selznick
Compañía: Selznick International Pictures
Intérpretes: Laurence Olivier, Joan Fontaine, George Sanders, Judith Anderson, Nigel Bruce, Reginald Denny, C. Aubrey Smith, Gladys Cooper et al.

Ganadora de 2 Oscar: película, fotografía

Una joven que trabaja de dama de compañía está pasando una temporada en Monte Carlo con su jefa, una acaudalada anciana. Allí conoce a Maxim de Winter, un apuesto y distinguido joven de clase alta cuya esposa, Rebeca de Winter, murió en un accidente naval. Durante su estancia allí los dos jóvenes pasan unos días juntos, viviendo un idílico romance que termina en boda. Ahora, la joven dama de compañía, convertida en la nueva señora de Winter, deberá enfrentarse a su más difícil prueba: la mansión de Manderley, la lujosa finca de los de Winter. Y es que la recién casada no sólo se enfrentará a un modo de vida que le queda demasiado grande, sino al propio espíritu de la difunta Rebeca, pues parece que el fuerte carácter de la antigua señora de Winter impregna cada estancia de la gran mansión, sometiendo a la recién llegada a una presión que hará que su nueva vida y la de los que la rodean se complique por momentos.

Hitchcock es famoso por sus películas de suspense, pero como muchos sabrán, nunca ganó un Oscar. Eso sí, con el que se llevó esta película se podría considerar que al menos uno de sus trabajos obtuvo uno, aunque nunca ganase ninguno por su labor como director. Muchos dirán que parece extraño que este filme ganase el Oscar a la mejor película y no el de director, pero es que, su rival en esa categoría, no era cualquier persona. Ese año el Oscar al mejor director se lo arrebató, una vez más, John Ford (¿quién sino?) con "Las uvas de la ira", un crudo retrato de la sociedad de la gran depresión, en la que se nos narran las miserias de una familia obrera que viaja desde su pequeño pueblo hasta California, esperando encontrar trabajo.

Ambas películas, hay que señalar, tenía duras rivales, como la divertida "Historias de Filadelfia" y también ese año se estrenó, pero no llegó a ser nominada, "Luna nueva", la frenética comedia protagonizada por Cary Grant. Así que se puede decir que ese año recibió la herencia de las grandes películas del 39, estrenándose cintas míticas. Pero la ganadora fue "Rebeca" y a pesar de tener en frente a la película de Ford, tiene sus grandes virtudes.

Lo que más destaca es su duo protagonista. La bella Joan Fontaine, hermana de Olivia de Havilland, es perfecta para representar, por medio de su rostro, a una joven chica, modesta y tímida. Laurence Olivier es, sin duda alguna, uno de los mejores actores de su generación y el más aclamado de los intérpretes de Shakespeare. Son ellos dos los que van llevando la película y los que acaparan todo el interés... hasta que aparece Judith Anderson en el papel del ama de llaves y el interés cambia de lugar. Es el personaje de Anderson el más interesante y siniestro de todos, con su rostro impenetrable y sus modales extremadamente refinados. No sólo nos atrae más ella, sino que la propia mansión de Manderley es como un personaje más, atrapándonos y notando su presencia. Y es que la película cambia cuando los protagonistas llegan a la casa, aumentando la tensión e impregnándonos de una sensación extraña, gracias a la maestría del gran Hitchcock con el suspense.

Y tampoco hay mucho más que decir. Una gran ambientación, gran fotografía y todo eso, pero lo que destaca son las grandes interpretaciones. Eso sí, al final el director o, mejor dicho, la autora del libro, juega con nosotros y se producen unos cuantos giros inesperados en el guión que hacen que la película, que ya era interesante, se convierta casi en obsesiva. Hasta ese momento, en el que todo estalla, la película, sin ser en absoluto aburrida ni nada por el estilo, es conducida por la maestría de Hitchcock en mantener al espectador en vilo y a la presencia y las grandes interpretaciones de Olivier y Fontaine. Es como si antes de esto, se nos estuviera preparando para ello, con una tensión que va aumentando con el tiempo hasta que ese giro se produce. Esto no es nada nuevo viniendo de Hitchcock.

Así que, en definitiva, se puede decir que "Rebeca" es una digna ganadora del Oscar a la mejor película ese año. Un filme cuyo principal atractivo es la pareja de intérpretes principales y la novela de du Maurier, la cual está plagada de personajes y situaciones por los que Hitchcock se mueve como pez en el agua, haciendo que el espectador no pueda apartar la mirada ni aunque quiera o deba hacerlo. Es lo que tienen los maestros. Ahora bien, si tenemos en cuenta los filmes que competían con él dudo mucho que sea mejor que "Las uvas de la ira", pero teniendo en cuenta que John Ford ya llevaba unos cuantos y Hitchcock ninguno, no estaba de más premiar al director inglés. Eso sí, algún día tendrían que premiar alguna película de Ford y como suele ocurrir en mi facultad con las salidas de campo, los de la Academia se lo guardaron para el año siguiente.

6 comentarios:

emera86 dijo...

Joe!! Ni Psicosis ni Con la muerte en los talones? Estos de la Academia son más raros... Quizá cuando llegues al año de estas películas nos sepas explicar por qué otras lo merecieron más. ;-)

cronopio dijo...

pues lo de con la muerte en los talones va a haber que explicármelo con muuuucha calma

cronopio dijo...

y no has dicho que gracias a esta peli las rebecas son rebecas! (rebecas prenda)

Anónimo dijo...

Lo de "Con la muerte en los talones" tiene una explicación fácil que se resume en dos palabras: Ben-Hur.

Y en cuanto a lo de "Psicosis", la culpa fue de Billy Wilder y su apartamento.

cronopio dijo...

el apartamento > psicosis
con la muerte en los talones > chuck norris

y no pienso decir más

Chuparrocas dijo...

Hablando de lo raros que son los de la Academia, le ha salido una seria competidora a "La melodía de Broadway". No digo más...