domingo, 22 de noviembre de 2009

1947: Cómo ser judío y no morir en el intento

LA BARRERA INVISIBLE

Título original: Gentelman's agreement
Año: 1947
País: EE.UU.
Duración: 120 min.
Fecha de estreno en España: 27 de enero de 1949
Director: Elia Zakan
Guión: Moss Hart, según la novela homónima de Laura Z. Hobson
Música: Alfred Newmnan
Montaje: Harmond Jones
Fotografía: Arthur Miller
Productor/es: Darryl F. Zanuck
Compañía: 20th Century Fox
Intérpretes: Gregory Peck, Dorothy McGuire, John Garfield, Celeste Holm, Anne Revere, June Havoc, Albert Dekker et al.

Ganadora de 3 Oscar: película, driector, actriz secundaria

Phillip Green es un periodista que acaba de llegar a Nueva York con su hijo y su madre. Su editor, el señor Minify, le ha pedido que escriba una serie de artículos sobre el antisemitismo, pero debido a que hay gran cantidad de ellos, quiere que Phillip le de un punto de vista especial y novedoso, para que la gente se sienta atraída. Al principio Phil no encontrará el enfoque necesario para su artículo, pero una noche da en el clavo: como es un recién llegado y nadie le conoce, se hace pasar por un judío, para sentir en sus propias carnes los sucesos que quiere escribir. Pero lo que parecía un mero método para escribir su artículo se convertirá en una auténtica obsesión.

Elia Kazan, afamado director de origen turco, no es demasiado bien recibido en EE.UU. sobre todo después de esa mala fama que cogió delatando a sus compañeros de profesión durante la Caza de Brujas. Pero no hay que negar que fue un gran cineasta y dirigió dos grandes películas como "Un tranvía llamado deseo" o "La ley del silencio". Pero en esta ocasión no tuvo tanta suerte, o tanto talento, pues "La barrera invisible" o "Pacto de caballeros" como indica su título anglosajón, no alcanza ni a la altura del betún a las dos cintas mencionadas anteriormente.

"La barrera invisible" es parecida a "Los mejores años de nuestra vida" en relación a que no hay nada que sobresalga por encima de todo. Salvo que en este caso, nada alcanza la maestría de la película de Wyler, ni muchísimo menos. Lo único que se podría destacar es la actuación del siempre excelente Gregory Peck, que realiza una gran interpretación, pero no al nivel de otras películas como "Moby Dick" o "Matar a un ruiseñor". Al filme le falta intensidad, garra, fuerza, sus situaciones, que en teoría deberían impactar y conmover, no cumplen ninguna cosa. Es una cinta que te deja con la misma sensación que antes de verla.

Lo único que hace interesante a esta película es su guión o, mejor dicho, su argumento. Es interesante ver las reacciones de la sociedad de aquella época ante los judíos y las distintas situaciones que el protagonista vive, como ser rechazado en un hotel, mandar dos cartas a distintos periódicos, una con su nombre original y otro con un nombre judío (intuís cual fue la que aceptaron, ¿verdad?), e incluso personas que, aunque no eran antisemitas y respetaban a los judíos, tenían miedo de presentárselos a sus familiares o amigos. Sin embargo, como he mencionado antes, ninguna impacta ni llama excesivamente la atención.

En principio, no es una película que merezca demasiado todos los Oscar que ganó, pero viendo las películas competidoras con ella (ninguna de ellas destacable) y que acababa de terminar la 2ª Guerra Mundial, había una gran sensibilidad por el colectivo judío, masacrado en ese conflicto, con lo que seguramente, en aquella época, la película estuvo de rabiosa actualidad. Ahora, aunque aplicable a otros colectivos actuales, interesa lo justo, pero no lo suficiente, como para ser digna ganadora. De hecho, en esa edición de los Oscar, hubo un buen reparto de premios, siendo 12 las películas galardonadas, sin que hubiera una que destacara por encima. En fin, una película que, como se suele decir, ni fu ni fa.

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