jueves, 26 de noviembre de 2009

1949: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad

EL POLÍTICO

Título original: All the king's men
Año: 1949
País: EE.UU.
Duración: 120 min.
Director: Robert Rossen
Guión: Robert Rossen, según la novela homónima de Robert Penn Warren
Música: Louis Gruenberg
Montaje: Al Clark
Fotografía: Burnett Guffey
Productor/es: Robert Rossen
Compañía: Coluimbia Pictures
Intérpretes: Broderick Crawford, Mercedes McCambridge, John Ireland, Joanne Dru, John Derek, Shepperd Strudwick, Anne Seymour et al.

Ganadora de 3 Oscar: película, actor principal, actriz secundaria

Willy Stark es un campesino que decide dedicarse a la política, soltando discursos entre la gente para protestar contra el sistema. Aunque alcanzó gran fama con su honradez y carisma, fracasa en todos sus objetivos y se olvida de esa manía estúpida. Pero años después regresa el gusanillo de la política y decide presentarse a gobernador del estado. Allí, a pesar de caer derrotado, conoce los métodos que utilizan los políticos para triunfar en unas elecciones, con lo que decide aplicarlas él mismo. Es en ese momento en el que Willy, ansioso de poder, empleará todos los medios que están en su mano para ganar, aunque ello suponga alejarse de la honradez con la que fue conocido en sus inicios.

Posiblemente esta película no os suene. Su título original, "All the king's men" (Todos los hombres del rey) puede que os suene más, por aquello de ser un reciente remake de esta película, protagonizada por Sean Penn y Anthony Hopkins entre otros. Pero no estoy hablando del remake, sino de "El político", la ganadora del Oscar a la mejor película en esta edición, un ejemplo de film que pudo haber sido una de las grandes pero no lo fue por una principal causa: la dirección.

"El político" es una película muy sosa. Esa es la palabra. Posee una interpretación intensa del protagonista, sí, pero carece de ritmo, de garra, de fuerza. Hay momentos en lo que atrapa y engancha, pero se desvanecen para volver después. Es una película con muchos altibajos que incluso puede llegar a resultar aburrida. Y es una lástima, porque goza de una interpretación impresionante de Broderick Crawford, pero sobre todo de un grandísimo guión, no por las frases o diálogos, sino por la complejísima construcción de los personajes. Sorprende que en esta película, que aparenta tan poca cosa, se escondan personajes tan complejos, con tantos matices. Ninguno es blanco o negro, sino grises. No sabes por donde van a salir.

Y es que la película no es simplemente una crítica a la política, sino a todos los que ansían el poder, no ya como jefes de estado, sino médicos, jueces y demás personajes que pueden alcanzar poderío. Ningún personaje se salva. No hay un personaje que pueda considerarse bueno completamente. Algunos tienen oscuros secretos que sacar a la luz, otros no parecen tan justos y otros, simplemente, cambian de forma de pensar como quien cambia de chaqueta, siempre que se vean favorecidos. Hay un personaje femenino que cambia tanto de partido y de forma de pensar, que creía que eran dos personajes distintos interpretados por dos actrices distintas. Pero eran la misma. Incluso el propio protagonista tiene algo que lo hace moralmente dudoso.

Este tipo de personajes, tan oscuros y complejos son típicos del mejor cine negro que jamás se ha realizado. Y he ahí el problema de "El político": no es cine negro. Si el filme hubiera tenido más intensidad, más fuerza, más oscuridad, más crudeza (mucha más de la que tiene), habría podido convertirse en un peliculón. El tema de la corrupción política y cómo salpica incluso a las personas que se creían más honradas, es un tema que le viene como anillo al dedo al género negro. Ya hay películas, como "Chinatown" que hablaron de la corrupción política en uno de los mejores ejemplos de cine negro que existen. Pero "El político" no lo es, y con ello se echa a perder unos personajes tan ricos de los que se saca mucho partido, pero se podría haber sacado mucho más.

En definitiva, una película insulsa, sin fuerza, a ratos aburrida, con unos personajes muy complejos que podían haber sido mejor tratados en una cinta más profunda y tenebrista. Unas interpretaciones magníficas, sobre todo la del actor principal. No se le puede negar la osadía de estrenar este tipo de película en el año 1949, ni tampoco se puede decir que sea mala (que no lo es), pero es una cinta que deja mucho, muchísimo que desear.

Y entramos en la década de los 50, unos años en los que la calidad de muchas de las películas es bastante dudosa e inexplicable es que hayan ganado tan distinguido premio, habiendo otros filmes de mejor calidad. No sólo llama la atención esto, sino la cantidad de películas indignas que lo han ganado, a veces incluso de forma consecutiva. ¿Supondría esto los primeros avisos de la decadencia de la industria hollywoodiense? Habrá que esperar, a ver que nos depara el futuro. O mejor dicho, el pasado...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No has puesto los oscars que gano...

Chuparrocas dijo...

Ahora sí!!