MARTY
Título original: Marty
Año: 1955
País: EE.UU.
Duración: 94 min.
Director: Delbert Mann
Guión: Paddy Chayefsky
Música: Roy Webb
Fotografía: Joseph La Selle
Productor/es: Harold Hetch
Compañía: MGM
Intérpretes: Ernest Borgnine, Betsy Blair, Esther Minciotti, Joe Mantell, Karen Steele, Jerry Paris et al.
Ganadora de 4 Oscar: película, director, guión, actor
Marty es un modesto carnicero de Nueva York que, con 35 años, aún vive con su madre. Toda la gente que conoce su situación le critica por no tener pareja y más cuando todos sus hermanos pequeños se han casado. Pero es que Marty no es muy agraciado físicamente y tras todos los intentos infructuosos de encontrar novia lo largo de su vida, ha llegado un momento en el que ha afrontado su situación de soltero. Sin embargo, una noche en la que decide ir a un baile, conoce a Clara, una chica no demasiado atractiva, que resulta ser el alma gemela de Marty. Ambos se enamoran, algo que creían que no podía suceder. Pero Marty se encontrará entonces con un grave problema: emanciparse, abandonar una vida a la que estaba acostumbrado toda su vida y herir a muchas personas que él ama y ha amado siempre, situaciones estas que le llenarán de dudas...
En Hollywood nos tienen acostumbrados a un ideal de belleza idílico pero que está bastante arraigado en la sociedad. En sus películas de romances tenemos al chico más guapo y a la chica más guapa, que viven una apasionante historia de amor, en ocasiones algo difícil, pero que siempre acaba bien. Algunos estamos hartos de tanta memez, por eso "Marty" supone un toque de originalidad en el tema de las historias de amor, relatando el drama de un hombre maduro y feo que con más de 30 años no ha encontrado pareja. Un film casi desconocido pero con una historia muy interesante y con mucho jugo.
Lo que hace que "Marty" sea una película realmente interesante es el personaje de Marty, un hombre que lo tiene todo para fracasar en la vida amorosa: gordo, feo y con un trabajo sucio y poco remunerado. Además sus hermanos y hermanas se han casado, mientras él, con 35 años, sigue soltero viviendo con su madre, algo que la gente le reprocha y por lo que él se avergüenza, aunque lo oculta bajo el manto de la resignación de tantos años buscando pareja sin encontrarla. La primera secuencia en la carnicería, sencilla pero impactante por lo que significa, describe perfectamente esta situación. Además, Marty es el típico amiguete al que los colegas encasquetan a la chica más fea del grupo para librarse de ella, como si fuese un despojo. Pero el propio Marty, con la mejor educación que conoce, cumple su humillante papel con la mejor eficacia. Todas estas situaciones representan a un chaval atormentado por su situación y explotado por sus amigos, pero que el propio Marty comprende y lo lleva todo perfectamente sin exaltarse. Un impactante papel lleno de dramatismo, angustia e intensidad, interpretado por el gran Ernest Borgning con una eficacia impresionante que le valió un muy merecido Oscar.
Sin embargo, la grandeza de "Marty" y lo que hace de ella una película indispensable, no está en el propio protagonista ni en la relación entre Marty y Clara, sino en cómo este romance afecta a los seres queridos que están a su alrededor, centrándose principalmente en dos personajes. Uno de ellos es el de la madre de Marty, primero ansiosa porque este se case al igual que el resto de sus hijos, pero que se da cuenta de que, si Marty encuentra novia y se casan, ya no tendrá a quién cuidar, lo único que sabe hacer en la vida, con lo que su existencia no tendría sentido. Por eso, cuando su hijo conoce a Clara, esta hará todo lo posible para evitar que la relación vaya a más. Es impactante cómo este entrañable personaje, aquella madre que todos querríamos tener, cambia completamente y se convierte en la típica suegra entrometida y quisquillosa, con lo que pasamos a odiarla sobremanera. Un personaje que representa el estereotipo de suegra que todos tenemos en mente, pero al que el director humaniza, mostrando una causa justificable para su actitud. No podemos evitar odiarla, pero también la compadecemos.
El segundo personaje que sufre este amor inusual es Angie, el mejor amigo de Marty, otro treintañero sin pareja, que tiene en nuestro protagonista al compañero inseparable de juergas nocturnas. Inseparable es un decir, porque cuando Marty conoce a Clara, este pasa a un segundo plano, situación que muchos hemos vivido alguna vez. Esto hace que Angie tampoco quiera que Marty salga con Clara, bajo la excusa de que no es demasiado guapa, pero lo que realmente ocurre es que su compañero del alma ya no es tal.
Con todo, tenemos una película novedosa e impactante, que relata un tema que parece baladí, pero que encierra un gran dramatismo. Un filme sobre la madurez y sobre las dificultad que ello supone. Marty tiene una madre y un amigo que son felices, pero los pierde al enamorarse, con lo que debe decidir entonces si volver a recuperarlos o seguir con su novia. Ambas opciones le reportan algo de tristeza y en ambas perderá algo, pero deberá sacrificar alguna para poder seguir adelante. El único pero que le pongo a esta gran película es su final abrupto, que llega de sopetón y de forma precipitada que te deja con una sensación de insatisfacción y con ganas de más. Se puede decir que la película no tiene final, porque no sabes como acaba la historia, aunque sí por donde van los tiros. Un final innecesario para una película que, de durar más, habría sido magnífica.
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