miércoles, 30 de diciembre de 2009

1963: La mejor comedia de todos los tiempos

TOM JONES

Título original: Tom Jones
Año: 1963
País: Gran Bretaña
Duración: 123 min.
Director: Tony Richardson
Guión: John Osborne, según la novela homónima de Henry Fielding
Música: John Addison
Montaje: Anthony Gibbs
Fotografía: Walter Lasally
Productor/es: Tony Richardson
Compañía: United Artists
Intérpretes: Albert Finney, Susannah York, Hugh Griffith, David Warner, Edith Evans et al.

Ganadora de 4 Oscar: película, director, guión adaptado, música

Tom Jones es un joven bastardo, adoptado por un terrateniente en la Inglaterra del Siglo XVIII. A pesar de ser un holgazán, su gran atractivo físico hace que tenga mucho éxito con las mujeres, particularmente con Maggie, una sucia criada. Sin embargo, Tom ama locamente a Sophie, la bella hija de una de las familias vecinas. Pero cuando el padre de ella, que pretende desposar a Sophie con el primo de Tom, descubre su romance, su tío decide exiliarle para no causar problemas. En ese momento, Tom Jones comienza su periplo por tierras inglesas en dirección a Londres, encontrándose con personajes la mar de peculiares y sufriendo situaciones totalmente disparatadas.


Si a ti te dicen que en 1963 se estrenó una película que estuvo nominada a 10 Oscar y ganó 4, entre ellos el de mejor película; que logró el Globo de Oro a mejor comedia; que se hizo con tres premios BAFTA, dos de ellos dedicados a la mejor película; que su banda sonora no sólo ganó el Oscar, sino el Grammy y que su actor protagonista consiguió la Copa Volpi en el Festival de Venecia de ese año, seguramente pensarás que es una película sumamente importante y muy conocida. Pues resulta ser todo lo contrario. "Tom Jones", esa pequeña película con nombre de cantante, no goza de mucha fama y tanto crítica como público tienen sensaciones dispares, totalmente contrapuestas. Para unos es un auténtico bodrio cuyo humor no hace gracia. Para otros, entre los que me incluyo, es, sin duda alguna y con todos mis respetos a "Los caballeros de la mesa cuadrada", la mejor comedia que jamás se ha realizado en la historia del cine.

"Tom Jones" es toda una declaración de intenciones. Un soplo de aire fresco después de tanta superproducción hollywoodiense. Tras las mastodónitocas "Ben-Hur" y "Lawrence de Arabia" y después de un drama desgarrador como "West side story", los de la Academia de Hollywood pusieron sus ojos en Tony Richardson, un cineasta que realizó una película sencilla, discreta, pero tremendamente alocada. Esta película es un ejemplo de libertad creativa, de éxtasis cinematográfico, de cine totalmente desbocado, al igual que un par de caballos que crean sendos accidentes de trascendental importancia para el filme.

Ya el comienzo de la película es rompedor. Un enorme rótulo y una música a piano nos hace viajar 40 años atrás, al más puro cine mudo, a través de un prólogo que homenajea a este género ya olvidado con la misma maestría con que lo haría cualquier director de la época. La agilidad de esa secuencia, junto con la divertida música y un vibrante montaje, hacen de este prólogo uno de las mayores logros cinematográficos de la película. De ahí en adelante, después de los títulos de crédito, la película deja de ser muda y aparece la voz del narrador que conduce toda la historia de una forma muy ágil y original. Y son estas cualidades, la agilidad y la originalidad, las que reinan durante toda la primera parte de la película. Durante este periodo, uno se da cuenta de que las imágenes que ve le recuerdan a algo. Su textura y los movimientos de cámara, como si un vídeo casero se tratase, recuerdan sorprendentemente a las películas de los Monty Python, con esos encuadres extravagantes. No dudaría en afirmar (aunque no he leído nada al respecto) que este grupo de cómicos se basó en esta película para realizar sus más ilustres filmes.

Esta primera parte de risas y desenfreno, cuya comicidad alcanza cotas inimaginables (me encanta cuando los personajes miran a la cámara y empiezan a hablar al espectador), alcanza el paroxismo en la descomunal, hilarante y magistral secuencia de la posada, la cual, por medio de un desenfrenado montaje, con un ritmo tal que parece que se fuera a acabar el mundo, rivaliza muy seriamente (y creo que ganaría por goleada) con el famoso camarote de los hermanos Marx. Toda esta secuencia, que comienza con una cena, la que tenéis arriba, con toda probabilidad la secuencia más erótica jamás realizada, tiene todo el derecho a pasar a los anales de la historia del cine cómico.

Pero a partir de aquí el ritmo decae, algo lógico teniendo en cuenta que el ritmo y la velocidad de esa última secuencia es insuperable. Toda la segunda parte, a partir de la llegada de Jones a Londres, es mucho más pausada y calmada, sin llegar a ser aburrida, pero que no llega ni por asomo al derroche de energía de la primera parte. Afortunadamente, al final de la película, en los últimos 10 minutos, esa locura y desenfreno regresan con otra secuencia antológica: el duelo a espada. Aquí, Richardson parece fuera de sí, como si dirigiese inconscientemente y con un derroche de imaginación, una secuencia frenética. Muchos dicen que el mejor duelo de espadas que se ha rodado nunca es el de "Las aventuras de Robin Hood" de Errol Flynn. De ser así, la de "Tom Jones" sería su hermana gemela.

Detrás de este derroche de talento cinematográfico a cargo de un desconocido Tony Richardosn, natural de Shipley, Yorkshire, Inglaterra, hay otros aspectos cinematográficos que acompañan a la gran labor del director. Desde su fabulosa música hasta su gran dirección artística, pasando por su fotografía o montaje, todo ayuda a que esta película sea mucho más de lo que aparenta. Pero destaca por encima de todo el apartado actoral, con un Albert Finney inconmensurable liderando a un plantel de actores y actrices en estado de gracia. Sin ir más lejos, cinco de sus 10 nominaciones fueron dedicadas a su reparto, siendo una para el propio Finney y cuatro para las actrices.

La verdad, después de ver esta película creo que se me ha contagiado la locura. "Lawrence de Arabia", para muchos una obra maestra, me pareció aburridísima, mientras que Tom Jones, una comedia absurda para algunos, me resultó divertidísima. Os juro por mi honor que no me lo he pasado tan bien con una película en mi vida, pero parece ser que Albert Finney se aburrió como una ostra interpretando este papel. No sé si es por mi estado de ánimo o porque realmente es un filme divertidísimo, pero "Tom Jones" me ha parecido mucho mejor que la del militar británico. La única solución es que vosotros la veáis y me digáis que os parece, aunque la versión en DVD es pésima, con escenas eliminadas que han sido dobladas de forma descuidada y por unos actores de doblaje pésimos y de voces horribles. Acabo con una magistral frase del narrador que puede serviros de guía para el día de mañana y el resto de vuestras vidas: "se dice que la esperanza es mala cena, pero buen desayuno".

1 comentario:

cronopio dijo...

pues esta sí que me apetece verla (si no lo he hecho ya en mis brumosos días pasados)
¡vivan las comedias absurdas!