miércoles, 24 de febrero de 2010

1997: El corazón del mar

TITANIC

Título original: Titanic
Año: 1997
País: EE.UU.
Duración: 186 min.
Fecha de estreno en España: 8 de enero de 1998
Director: James Cameron
Guión: James Cameron
Música: James Horner
Montaje: James Cameron, Conrad Buff y Richard A. Harris
Fotografía: Russell Carpenter
Productores: James Cameron y John Landau
Compañía: 20th Century Fox/Lightstorm Entertainment
Intérpretes: Kate Winslet, Leonardo DiCaprio Billy Zane, Kathy Bates, Frances Fisher, Bernard Hill et al.

Ganadora de 11 Oscar: película, director, montaje, fotografía, música, canción, montaje de sonido, efectos visuales, sonido, dirección artística, vestuario

Rose es una joven de la alta sociedad que es obligada a casarse con un acaudalado joven para mantenerla fortuna de la familia. A bordo del Titanic, el barco más grande y lujoso del momento, que le llevará hacia los EE.UU. para consumar su boda, conoce a Jack, un chico de tercera clase que consiguió los billetes en una apuesta. Rose ve en Jack el espíritu rebelde que a ella le falta, con lo que comienzan un romance prohibido, sin sospechar el trágico final que le depara al buque.

El proceso de realización de una película es laborioso y complejo. Meses, y en ocasiones años, de preparación para hacer un filme que puede ser un triunfo o un fracaso. Y es que el éxito de un filme no se sabe muy bien por donde vendrá, si por un actor, unos efectos visuales, o por todo el conjunto. Así, películas que podían haber pasado sin pena ni gloria se han convertido en iconos mundiales gracias a un factor determinante que hizo que el público se agolpara en las salas. Este es el caso de "Titanic", una grandísima película que sin embargo, de no ser por su joven protagonista, no habría alcanzado el éxito del que ha gozado.

Desde el momento en que "Titanic" se convirtió en el filme más taquillero de la historia surgieron los odios y las envidias hacia ella, acrecentados al ganar, en la ceremonia de 1998, el mismo número de Oscars que Ben-Hur. Este hecho lo utilizarán los pseudointelectuales para decir que sólo las obras maestras pueden ser odiadas y alabadas en extremo. Se equivocan. Todos ellos se equivocan, pues "Titanic" no es esa obra maestra que merezca los logros que ganó, ni tampoco esa basura cineatográfica e insoportable que todos pregonan.

No hay que negar que Cameron sea un grandísimo director, el mejor director de cine de acción del momento, y por lo tanto merece un mínimo de crédito. Es cierto que "Titanic2 fue su primera película que no era de acción, sino todo lo contrario, con lo que lo tenía difícil. Pero no tembló y realizó una película muy intensa, con planos realmente magistrales y una dirección firme. A pesar de que toda la acción se concentra en la última hora y media, a lo largo de toda la película se mantiene el ritmo, haciendo que el espectador no se aburra en ningún momento, a pesar de las más de tres horas que dura la película.

Parte del éxito se debe principalmente a un factor que siempre ha acompañado al director canadiense: los efectos visuales. Por medio de una dirección artística absolutamente perfecta, que recreó al milímetro el propio Titanic, y con unos efectos visuales de ultimísima generación, crea algunos planos, sobre todo al inicio del filme, que son absolutamente espectaculares. Cabe mencionar la parte inicial del filme, en el que se sirve de todos sus recursos para recrear la espectacularidad del barco en el que se desarrollan los hechos. Eso sí, salvo algún que otro gazapo, como la escena en la que cae una de las chimeneas, que se notan los FX de forma escandalosa, o cuando al final cogen a uno de los cadáveres que no es más que un maniquí de El Corte Inglés, el resto es de muchísima altura.

Pero James Cameron se jugaba mucho con este proyecto y el fracaso no era concebible. Por eso, como es un tipo muy listo, cogió a tres caras bonitas para interpretar los tres personajes principales. Billy Zane, el prometido de Rose, el malo de la historia, se encarga de hacer la vida imposible a los dos amantes de Teruel en un papel bastante correcto. La impresionantemente bella Kate Winslet, apenas superada la veintena, derrocha hermosura y talento en un personaje muy bien interpretado. Pero el más importante de todos, el crack mediático, es el compañero de la Winslet, un yogurín llamado Leo DiCaprio, que se convirtió, de la noche a la mañana, en un ídolo de masas y en el amor platónico de las colegialas de todo el mundo. Si a algo se debe el éxito del filme es que las niñas iban a ver la película cinco veces solo para verle a él. Recuerdo a una compañera de clase que me dijo que iba a ir a ver "Titanic" esa tarde por quinta vez y yo me quedé flipando. Nada de un fenomenal guión, una historia atrapante o unos efectos visuales deslumbrantes. Nada de eso. Sólo una cara guapa, suficiente para arrastrar a las masas en ese mundo controlado por la estética. ¡Que listo eres James!

Así que esas tenemos, una película muy buena y muy bien realizada, que a pesar de ser larguísima no aburre nunca. Sus minutos iniciales deslumbra, su última hora y media sobrecoge, y quizá sea la parte de la mitad, la del romance de Rose y Jack, la que flojea un poco más, convirtiendo el filme en algo un tanto ñoño. Si no fuera por el edulcoramiento de esa parte, y porque DiCaprio, a pesar de no hacerlo mal, estaba ahí para hacer de chico guapo y resulta un tanto absurdo a veces, el filme habría sido perfecto. De momento, se queda en una gran película, el regreso del cine de superproducción con una historia intimista (en esto se parece un poco a "Ben-Hur") y en todo un clásico del cine contemporáneo. Durante 12 años ha sido la más taquillera de la historia, superada únicamente por "Avatar", dirigida también por Cameron, ¿quién sino?

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